Entre nervios del primer día y un petardazo que voló hasta los fondos del Teatro Maravillas, dimos comienzo a Balcónica el viernes pasado. Desde entonces, hemos tenido la suerte de comprobar que el formato no solamente funciona, sino que entusiasma a mucha más gente que a nosotros mismos.

Esta semana hemos tenido el placer de comenzar a recibir a los diseñadores, artistas y músicos que vienen a conocer los balcones de La Piscifactoría.

Medidas, peticiones de última hora, nuevos enlaces y sobre todo sonrisas que nos van iluminando conforme se va desarrollando todo el trabajo.

Hoy por hoy, ahora por ahora, el Festival de Música Balcónica va in crescendo y cada vez somos más los amigos que formamos parte de él.

La ocupación de la calle que produjo la fuerza de Alicia Ramos, la magia de «YO» (Isabel Penalba) y el carisma de Andrés Sudón, conformaron un desmarcaje en la idea de democratización cultural. Qué mayor escenografía que las maravillosas voces que vistieron Manuela Malasaña, qué mejor público que el que decide  formar o no parte de la escena sin previo pago, sin filtro, con libertad.

Alicia Ramos:  la fuerza de sus letras y el carisma de su voz nos enamoraron desde lo más alto.

Andrés Sudón: querido amigo y sobre todo, gran profesional. Más de uno quisiera alcanzar su altura.

Isabel Penalba,  «YO»: su delicadeza hizo que la música flotara en todo Madrid.